Reconcíliate...

martes, 24 de julio de 2007

Un empujón para crecer

El águila forzaba gentilmente a sus pichones para acercarlos al borde de su nido... Su corazón trepidaba con emociones en conflicto. ¿Por qué aprender a volar tiene que comenzar con el miedo a caer? Esta ancestral pregunta continuaba sin respuesta aún.

De acuerdo con la tradición de su especie, su nido se hallaba muy alto, sobre la saliente de una escarpada pared rocosa. Abajo no había sino aire para dar soporte a las alas de los pichones. ¿Será posible que esta vez no funcione? A pesar de sus temores, el águila sabía que había llegado el momento. Su misión como madre no estaría completa a menos que se animara con esta tarea final: darle el empujón a sus polluelos.

El águila sacó coraje desde su sabiduría innata. Sabía que hasta que ellos no descubriesen sus alas, no habría propósito para sus vidas. Hasta que no aprendieran cómo remontarse, no podrían comprender el privilegio que significa haber nacido águila. El empujón era el mejor regalo que ella les podía ofrecer. Era su supremo acto de amor. Y así fue que los fue empujando uno a uno... Y ellos volaron sin problemas.

Al leer este cuento no pude menos que pensar en lo difícil que les resulta a nuestros dirigentes darle este empujón a su gente para que pasen al próximo nivel de crecimiento. ¿Por dónde pasa el problema? ¿Falta de confianza en la gente? ¿Miedos? ¿Falta de coraje? No importa cual sea la explicación que nos demos. Por lo general dar este empujón es una tarea que nos trae emociones encontradas tanto en lo laboral, cuando nuestros colabores necesitan ser levantados a un próximo nivel, como en lo personal, cuando necesitamos darle un empujón a nuestros hijos para que crezcan.

¿Será este el mejor momento? ¿Estará lo suficientemente preparado? ¿Podrá hacerse cargo de lo nuevo que le toca? Supongamos que te muestro dos figuras: La primera es un ombú, un árbol que desarrolla un inmenso follaje, que nos da una hermosa sombra pero que en su base no deja crecer ni una hierba y un álamo que se yergue a lo alto fino y delicado y sobre su base permite crecer todo tipo de flores ¿Cuál consideras que podría representar tu forma de dirigir? Es muy común que la gente elija el ombú porque consideran que ese amplio follaje es el que puede proteger a toda la organización y lo que le muestro es que si bien la protege no la deja crecer.

Los grandes líderes surgen cuando ocurren crisis. En las vidas de las personas que triunfan vemos repetidamente terribles problemas que los fuerzan a levantarse por encima del promedio común. No solo encuentran las respuestas sino que descubren un tremendo poder dentro de sí mismas. Como el agua subterránea produce olas muy adentro en el océano, esta fuerza interior explota en una poderosa onda cuando circunstancias parecen superarse. Entonces transpone el límite el deportista, el autor, el estadista, el científico o el hombre de negocios.

César Saavedra
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