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domingo, 29 de abril de 2007

Más educación y menos ‘trampas’ para reducir víctimas de tránsito

Primera Semana Mundial de la ONU sobre Seguridad Vial (23 al 29 de abril)

¿Por qué suceden y que podemos hacer para evitar más víctimas de tránsito? fue una de las preguntas que dio pie a la interesante charla-debate que brindó el viernes Hernán De Jorge, especialista en seguridad vial, en el Auditorio ‘Dr. Juan Jesús Blasnik’ (Tacuarí 202 – 8° Piso) de Buenos Aires. Lo anterior, bajo el título “¿Por qué manejamos tan mal los argentinos?” y en el contexto de la Primera Semana Mundial de las Naciones Unidas sobre Seguridad Vial, que se realizó en todo el mundo del 23 al 29 de abril.

El expositor comenzó por clarificar conceptos para introducir la temática a la audiencia. En este sentido, justificó la razón por la que prefiere hablar de siniestros de tránsito y no de accidentes, porque el “accidente es un hecho eventual (…) No se produce por mala suerte, sino por una mala maniobra (…) El 95% de las colisiones en la Argentina son consecuencia de irresponsabilidades humanas”, precisó. Esto responde a diversas razones: porque se conduce alcoholizado, se maneja hablando por celular o se desconoce las señales o reglas de tránsito, etc.

“Es necesario asumir un compromiso como actor vial, dar el puntapié inicial”, señaló De Jorge, integrante del Departamento de Seguridad del Centro de Experimentación y Seguridad Vial de Argentina (CESVI), en una didáctica exposición en la que no faltó la interacción con los asistentes, la graficación de choques y el análisis de sus motivos y consecuencias, acompañados de estadísticas de distinto tipo. El cambio, acotó, no solo involucra a los conductores de vehículos, sino a los peatones, porque estos, por ejemplo, no siempre cruzan las calles en las esquinas, a la altura de los semáforos.

Cabe recordar que algunos estudios dan cuenta que en la Argentina los siniestros viales aumentaron casi un 30% durante el primer trimestre del año respecto a igual período de 2006, lo que también significó un crecimiento del 7% en los índices de mortalidad y un 40% en el rubro de heridos graves. Por otro lado, a nivel mundial se estima que alrededor de un millón 200 mil personas mueren cada año como consecuencia de colisiones de tránsito y un número varias veces mayor sufre traumatismos de diverso tipo. Esto representa la segunda causa principal de muerte de personas de entre 5 a 25 años (*).

De Jorge consideró que una persona que muere en una colisión le significa al Estado alrededor de 75 mil dólares. Esto engloba distintos rubros, que van desde los daños a vehículos hasta la hospitalización y los servicios fúnebres. Vale la pena aclarar que el ítem más elevado, la erogación más importante (alrededor del 35%), tiene que ver con la pérdida de producción bruta de las personas que fallecen por estas causas, teniendo en cuenta que la mayoría de las víctimas son niños y jóvenes, aquellos que todavía están en condiciones de hacer los mayores aportes al país en términos económicos.

“Este año se decretó la emergencia vial en la provincia en Buenos Aires, pero esto no alcanza, porque estamos hablando de un mal endémico en toda Argentina”, sentenció el especialista de CESVI Argentina, cuya sede central se encuentra en España y que entre sus variadas actividades brinda educación vial, temática en la que acumula gran experiencia. Posteriormente compartió distintos estudios que revelan que en Argentina murieron el año pasado entre siete mil y 12 mil personas por siniestros de tránsito. “Este es un tema complejo y a veces por eso nos quedamos sin hacer nada”, agregó.

“Cuando uno da prioridad al peatón empiezan los bocinazos”, ejemplifico sobre ciertas conductas características de los argentinos. “Elegimos un transporte porque llega más rápido a un lugar, pero no porque sea más seguro”, señaló sobre los pasajeros que realizan viajes de larga distancia, quienes privilegian en la elección la empresa que ofrece un servicio más veloz a uno más efectivo. “Conducir de noche es como manejar alcoholizado”, acotó, porque en ambos casos se tiene una “visión de túnel”: no se ve a los costados, solo algunos metros hacia adelante. En este sentido, aconsejó “ser reactivos a las normas” y argumentó a favor de la necesidad de instrumentar la educación vial.

A su entender, la educación vial debe comenzar desde el jardín de infantes, no cuando se saca el carnet de conducir. Sobre este último particular entiende que es imprescindible unificar las bases de datos de las licencias para conducir vehículos, para que alguien que protagonizó un siniestro en cualquiera de las rutas de la Argentina no pueda obtener una credencial para manejar en alguna de las más de cinco mil municipalidades del país que están facultadas para otorgar licencias. Sin pretender ahondar en la inexistencia de una política de estado o un proyecto a largo plazo sobre el particular, afirma que los chicos deberían tener al menos dos horas de educación vial por mes en las escuelas.

“En vez de hablar de accidentes, habría que hablar de delitos de tránsito”, reflexionó un asistente al momento del debate. “No se soluciona el problema haciendo una multa tras otra”, agregó otro. También se planteó la inquietud de los colectivos de dos pisos y los vidrios polarizados en los vehículos, que paradójicamente colisiona con otra faceta de la seguridad. El enriquecedor intercambio concluyó con la experiencia que compartió otro participante, quien contó que en sus 40 años de conductor había sacado tres carnet. Como es lógico, desembocó en el “espíritu de clandestinidad” y “la neurona tramposa” que tenemos para violar las normas, y que “la educación es un tema central” en este sentido.

Lo anterior fue reafirmado por el periodista Luis D’Angelo, Embajador para la Paz, quien coordinó la charla-debate y también habló de la necesidad de crear conciencia al respecto, para comenzar a bajar el ranking de víctimas de tránsito en el país. También brindó un panorama de las actividades que realiza el Grupo Raíces Argentinas, que preside y que organizó el encuentro, auspiciada por la Federación para la Paz Universal (UPF), entidades que llevan adelante incontables iniciativas en torno del acercamiento de pueblos, culturas y religiones a través de seminarios educativos, conferencias, eventos interreligiosos, charlas-debate y foros, tareas solidarias, actos artísticos-culturales, etc.

Para mayor información y fotos:
Lic. Miguel Werner
unaprensa@yahoo.com.ar
Embajada para la Paz
Tacuarí 202 - 8° Piso - Buenos Aires
Teléfono: 4343-3005.-
Cel: 15-4158-4596.-

(*) DATOS SOBRE ACCIDENTES Y SU PREVENCIÓN
(Extraídos del Manual para la organización de actividades de la Primera Semana Mundial de la ONU sobre la Seguridad Vial, del 23 al 29 de abril de 2007)
◆ Aproximadamente 1,2 millones de personas mueren cada año en el mundo por colisiones de tránsito y de 20 a 50 millones más sufren traumatismos o discapacidades.
◆ Si no se toman medidas drásticas para detener esta tendencia, el número de muertes y personas discapacitadas por traumatismos causados por el tránsito seguirá aumentando y, en el año 2030, los traumatismos causados por el tránsito serán la octava causa principal de muerte por año.
◆ Más del 40% de todas las muertes en colisiones de tránsito en el mundo ocurren en personas de 0 a 25 años.
◆ Los traumatismos causados por el tránsito son la segunda causa principal de muerte en las personas de 5 a 25 años.
◆ El porcentaje más alto de muertes de personas menores de 25 años ocurre entre jóvenes usuarios de carreteras en los países con ingresos bajos y medios, en particular en África y los países del Mediterráneo Oriental.
◆ Los varones representan el 75% de todas las muertes en las carreteras entre las personas menores a 25 años.
◆ En los países de ingresos bajos y medios, los jóvenes con más posibilidad de participar en una colisión son los usuarios vulnerables, como peatones, ciclistas, motociclistas y pasajeros de transporte público y privado. Pueden existir variaciones de acuerdo con la región. En los países con ingresos altos, las personas que mayor riesgo corren son los conductores.
◆ Se calcula que las colisiones de tránsito tienen un costo mundial de US$ 518 mil millones por año.
◆ Las colisiones de tránsito tienen un costo del 1% o 1,5% del producto bruto interno en los países de ingresos bajos y medios, y del 2% del producto bruto interno en los países de ingresos altos.
◆ Los traumatismos causados por el tránsito se pueden prever y prevenir. Muchos países han alcanzado reducciones sorprendentes en la cantidad de colisiones y en la frecuencia y la gravedad de los traumatismos causados por el tránsito al abordar aspectos claves. Entre las intervenciones que han resultado eficaces se incluyen aquéllas inherentes a los siguientes factores:

Exceso de velocidad
◆ En la mayoría de los países, la velocidad es el principal factor causante de los traumatismos causados por el tránsito.
◆ Los varones jóvenes, en particular, son los más propensos a conducir a velocidades excesivas o inapropiadas.
◆ Se ha comprobado que reducir 1 Km./hora en la velocidad promedio disminuye las colisiones fatales entre un 4% y un 5%.
◆ Disminuir la velocidad del tránsito también ayuda a proteger a los peatones.
◆ Se deben establecer, y hacer cumplir, límites de velocidad apropiados.

Conducción bajo los efectos del alcohol:
◆ El consumo de alcohol aumenta tanto la posibilidad de una colisión como la gravedad de los traumatismos.
◆ Los conductores adolescentes varones tienen al menos cinco veces más de probabilidades de protagonizar una colisión que los mayores de 30 años, bajo un nivel de alcohol superior a cero.
◆ En algunos países, los límites de alcohol en la sangre permitidos son inferiores para los conductores jóvenes o inexpertos, estrategia que puede reducir los choques del 4% al 24%.
◆ Es necesario establecer y aplicar límites de alcohol en la sangre que rijan para todos los conductores.

Cinturones de seguridad:
◆ En caso de choques, los cinturones de seguridad han salvado más vidas que cualquier otra medida de seguridad.
◆ Se ha comprobado que los varones jóvenes al conducir usan menos el cinturón de seguridad que otros grupos.
◆ Usar el cinturón de seguridad puede reducir el riesgo de cualquier tipo de traumatismos del 40% al 50%, y del 40% al 60% en lo que respecta a traumatismos fatales.
◆ Se deben introducir y hacer cumplir leyes para el uso obligatorio del cinturón de seguridad.

Dispositivos de seguridad para niños:
◆ Se ha comprobado que los dispositivos de seguridad para niños, como los asientos para bebés y niños y los asientos elevados, son muy efectivos para prevenir muertes entre los bebés y niños pequeños que viajan en automóviles.
◆ Los dispositivos de seguridad para niños disminuyen la tasa de mortalidad por traumatismos causados por el tránsito en un 71% en los bebés y en un 54% en los niños pequeños.
◆ Se deben introducir y aplicar leyes para el uso de dispositivos de seguridad para niños.

Cascos:
◆ Usar el casco es la manera más efectiva de reducir el riesgo de traumatismos craneoencefálicos y muertes por colisiones de motocicletas, ciclomotores y bicicletas.
◆ Los varones jóvenes son menos proclives a usar casco cuando conducen ciclomotores.
◆ Se ha demostrado que el uso de los cascos para motocicletas disminuyen el riesgo y la gravedad de los traumatismos craneoencefálicos en un 70%.
◆ Se deben introducir y aplicar leyes para el uso de cascos.

Diseño e infraestructura de las carreteras:
◆ Algunas de las medidas para mejorar el diseño y la infraestructura de las carreteras son: separar los distintos tipos de tránsito; ofrecer carreteras más seguras para los peatones y ciclistas; construir aceras y áreas de cruce peatonal; y reducir la velocidad del tránsito a través de la construcción de lomos de burro, calzadas irregulares y rotondas.
◆ Para algunas de estas medidas, el costo de implementación es relativamente bajo.

Servicios de emergencia:
◆ Muchas de las víctimas de colisiones de tránsito mueren antes de llegar al hospital debido a servicios de emergencia inadecuados, incluidos los servicios médicos y los servicios de los departamentos de bomberos y de policía.
◆ Si se mejoran los servicios de emergencia desde el lugar de la colisión hasta el centro de atención médica y los servicios posteriores, las probabilidades de sobrevivir de las víctimas serán mayores, y se evitarán traumatismos y discapacidades crónicos.